Sí, así, en tan radicales términos nos podemos expresar en el piso cuando algo no es digno de nuestra excelsa atención. Os retamos a que comprendáis las razones (o cualquier cosa que surja de la boca) de Javi. O los gustos de Tomás o David. O las fijaciones de Silvia. Es que no hay ni uno que se salve; sólo falta el globo de "El prisionero" saliendo del lavabo para que todos huyamos corriendo con el cohete en el culo. Esto es realmente inquietante.
Casino
Hace 12 años