BRUNETTES EN BRUNETE

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Estar de buen ver tiene que ver con comer fresco, con acudir al tan olvidado mercado de la villa. No vale con visualizarlo interactivamente, hay que pisar ese pavimento con impregnación de pescado, visualizar los colores frutales que no se consiguen solo bebiendo Aperol. Así lo hemos entendido esta noche en el piso, así que la próxima semana estaremos seguramente irresistibles, aunque lo único que llegue de nosotros al exterior sean leves voces atravesando las paredes.

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