Tenemos que acostumbrarnos a nuestra nueva situación (que tampoco es tan novedosa) así que, mientras conseguimos encontrar nuevos inquilinos dispuestos a pagar un alquiler un poco pre-burbuja, nos rodeamos de invitados. Como somos grandes anfitriones, no sólo se pasan para charlar y beber unas cervezas, sino que incluso nos tocan música:
Nuestro comedor se ha convertido en absoluto lugar de paso, y Julia se está apropiando peligrosamente del espacio. Aunque, todo hay que decirlo, lo mantiene algo más limpio que la media (sin emocionarnos, ¿eh?). David está catatónico con los festivales que se celebran en la zona 3 de TMB, y Edu se siente suficientemente a gusto como para pasarse por casa por segunda semana consecutiva:
Ya con los pies en la tierra, pero un poco aceleraos también, que la excitación prolongada durante 10 días se engancha al cuerpo cosa mala. Lo comparte con nosotros Gerard, persona sensata pero con ganas de hablar, que nos impregna de buenas palabras y acento seducente. Cuando la gente oye la frase 'te invito a una birra', hace lo que sea, aunque tenga que ser compartir una hora con nosotros:
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