Cuando Cronenberg planea por encima tuyo, una tranquilidad extraña te invade. Como mínimo si estás en nuestro piso, que no somos gente muy normal. El caso es que los temas van, los temas vienen, y la noche pasa ¡puf!, como un suspiro.
Mare de Déu Senyor. A veces pasan cosas, como que algún compañero de piso se ausenta (caso de David, de viaje fantástico por Sitges), y eso hace que pasen otras cosas, y aquello se vuelve otra cosa, y... Bah, es igual, para qué intentar explicarlo. En cualquier caso, el 4º-4ª sigue siendo el 4º-4ª, hay que pegar la oreja. Y si no, que baje Carlos Jesús y lo vea.
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