MI ARCHIPIÉLAGO ROMÁNICO

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Porque lo que es el de sinceridad, lo llevamos claro para encontrarlo. Ya ha pasado Sant Jordi, y es el momento de salir a barrer la escalera y contarse los chismes de tan destacada diada, que siempre los hay, aunque la gente disimule. A nosotros nos da la risa tonta, porque somos así de Peter Panes, pero la que se comió buenos bocatas de chopped para cantar como los ángeles fue la Fitzgerald. No, no riguis Albert, esto es así. En fin, los vecinos ya no saben qué hacer con nosotros, pero de momento ahí estamos, al pie del cañón, aunque se apaguen todas las luces de la ciudad.

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