CULO-BICI

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Las experiencias de Albert por los Monegros darían para dos tardes enteras, así que al final tenemos que ponerle freno al chaval, porque se embala cuando piensa en los avituallamientos de botifarra. Los demás somos más calmados, nos va escuchar música trascendental con reminiscencias a Il Divo, o pensar en seres deformes con cuchillas en las manos mientras nos damos un paseo por la Vía Láctea de la mano de Skynet. Gente sencilla.

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